jueves, 10 de abril de 2014

CULPABLE


No mires a otro lado, no te hagas el loco.
No pongas excusas ni me cuentes tu vida.
No me digas lo ocupado que estás, los problemas que tienes, lo que te cuesta madrugar o lo que sudas para llegar a final de mes.
No me cuentes tus carencias, no intentes convencerme de tus quebrantos.
No te aferres a lo mucho que te presionan en el trabajo. No critiques.
No practiques el deporte nacional de enviar balones fuera cuando vienen mal dadas.

Eres culpable. Por tu dejadez y tu falta de implicación.
Eres culpable. Por tu sumisión a la rutina y tu falta de iniciativa.
Eres culpable. Por vivir en la jungla sin llevar el cuchillo entre los dientes.

Se están riendo de ti, te están humillando. Se están aprovechando de tu trabajo, de tu tiempo, de tu dedicación, de tu estudio y de tu formación. 

Eres culpable. Por ser marioneta de sus actos, desvarios, delirios y omisiones sin oponer resistencia.
Eres culpable. Por tener información y guardarla.
Eres culpable. Por tirar la piedra y esconder la mano. Y por tener la piedra en la mano y no tirarla.

Te dedicas a tu parcela, a tu resquicio, a tu endogamia y tu madriguera sin darte cuenta del tamaño que tiene el mundo y la cantidad de gente que hay ahí fuera luchando por una profesión mejor. 

Eres culpable. Por tu miopía autoalimentada y las orejeras que te pones cada mañana.
Eres culpable. Por tu queja de pasillo, tu protesta de cafetería y tu suficiencia de salita.
Eres culpable. Por tener la oportunidad de hacer algo, y no hacer nada.

No escurras el bulto, no ocultes tu nombre.
No te escondas detrás de las obligaciones ni mires el reloj cuando hables.

Eres culpable. Y lo eres por méritos propios.

La situación no es más ni menos mala, que lo que tú hagas para intentar solucionarla.
Si no haces nada, seguirás siendo culpable.

Yo trabajo como tú, respondo como tú. Me presionan y me recortan como a ti.    
Tengo padres e hijos a mi cargo. Madrugo más que tú y escribo mientras tengo sueño.

Le quito tiempo a lo que no debería, para dedicarselo a quien no lo merece. 
Estiro y encojo los días para poder decir con orgullo, que soy Enfermer@.

Soy tan culpable como tú.
Pero hoy, soy #6000enfermeras. Y eso, me hace diferente.

Este proyecto aglutina a Colegiad@s, no Colegiad@s, Descolegiad@s y estudiantes.
Este proyecto une. El límite lo ponemos nosotros.

¿Cuantas enfermeras eres capaz de despertar?.



 

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